"—No era solo su aspecto. Todo en ella era adorable".
Tohr a No'One en Amante Renacido, capítulo 13, p. 149
Tohr a No'One en Amante Renacido, capítulo 13, p. 149
Tohr a No'One en Amante Renacido, capítulo 13, p. 147
Dios... sus ojos... eran luz de luna y sombra entrelazadas, un color imposible entre el plata, el violeta y el azul marino claro.
—Sólo para que lo sepas... —gruñó él—. Te vas a entregar a mí...
—Disculpe...
—Pero me lo suplicarás primero.
Ella se plantó firme y su temperamento mandó todo un correcto seamos-razonables fuera del agua.
—Sobre mi cadáver.
—Lo siento, eso no es de mi gusto —él bajó la barbilla y la miró por entre los párpados entornados—. Te prefiero caliente... y sana.
Tohr a Lassiter en Amante Renacido, capítulo 11, p. 131