Primero, agradecer la ayuda de Neï. ¡Nena, eres una jodida máquina! ¿Me créeis si os digo que le pasé el capítulo 1 y a las 3 horas ya estaba traducido? ¡Increible! Y con el dos, más de lo mismo. ¡Muchas gracias!
Segundo, disfrutad de la lectura y no seáis muy duros con los fallos. Ward es muy jodida a la hora de traducir.
1761. VIEJO CONTINENTE
Xcor vio a su padre asesinado cuando hacía cinco años que había pasado la transición.
Sucedió ante sus ojos y, a pesar de la proximidad, no pudo comprender qué ocurría.
La noche comenzó como cualquier otra, cayendo la oscuridad sobre un paisaje de bosque y cueva, arriba las nubes los ocultaba de la luz de la luna a él y a los que viajaban con él a caballo. Su grupo de soldados era de seis: Throe, Zypher, los tres primos y él mismo. Y luego estaba su padre.
El Sanguinario.
En otro tiempo miembro de la Hermandad de la Daga Negra.
Lo que iban a llevar a cabo en esa tarde era lo que les llamaba a servicio después de la caída del sol: buscaban lessers, esas armas sin alma del Omega que veía bien masacrar la raza de vampiros. Y los encontraban. A menudo.
Pero ellos siete no eran de la Hermandad.
En oposición a esa honra, eran un grupo secreto de guerreros. Esta banda de hijos de puta dirigida por el Sanguinario no eran nada más que soldados: no había ceremonias. No tenían la adoración de la población civil. Ni tradiciones ni elogios. Sus líneas de sangre podrían ser aristocráticas, pero cada uno de ellos había sido abandonado por sus familiares, por nacer con defectos o por ser engendrados fuera de una unión santificada.
Ellos nunca serían más que carne prescindible dentro de la guerra más grande para la supervivencia.
Todo eso era cierto, sin embargo, eran la élite de los soldados, la más cruel, el más fuerte de los hombros, esa que había elegido a través del tiempo el más duro capataz en la carrera: el padre de Xcor. Escogidos y elegidos sabiamente, estos machos eran letales contra el enemigo y no tenían códigos cuando cuando se trataba de la sociedad de vampiros. Sin códigos a la hora de matar en este sentido: no importaba si la presa era un asesino, un humano, un animal o un wolfen. La sangre correría.
Habían hecho una promesa y sólo una: su padre sería su señor y no otro. Dónde él fuese, irían ellos y eso era todo. Así que era mucho más simple que la mierda elaborada de la Hermandad —incluso si Xcor hubiese sido candidato por línea de sangre, no hubiese tenido ningún interés en ser Hermano. No se interesaba por la gloria, ya que no dejaba una mancha en la dulce liberación del asesinato. Era mejor dejar esa tradición inútil y ese ritual caduco a esos que se negaban a blandir otra cosa que no fuera un puñal negro.
Él usaría cualquier arma que hubiese.
Y su padre también.
El clamor delos cascos se desaceleró y luego se desvaneció en el silencio mientras los luchadores salían del bosque y sobre un enclave de robles y matorrales. El humo de los hogares se mezclaba con la brisa, pero había otra cosa que confirmaba que habían encontrado la pequeña ciudad que habían estado buscando: en lo alto, en un acantilado irregular, un castillo fortificado se asentaba como un águila, sus cimientos como garras enterradas en la roca.
Humanos. Luchando entre sí.
Qué aburrido.
Y sin embargo había que respetar la construcción. Quizá si Xcor alguna vez se estableciese, masacraría la dinastía en él y tomaría la fortaleza. Era mucho más eficaz arrebatar que erigir.
—Al pueblo —ordenó su padre—. Que empiece la diversión.
La palabra clave es que había lessers en esto, las pálidas bestias se mezclaban y fusionaban con los aldeanos que labraban parcelas de tierra y plantaban casas de piedra bajo la sombra del castillo. Esto era típico en la estrategia de reclutamiento en la Sociedad: infiltrarse en un pueblo, hacerse cargo de los hombres uno por uno, masacrar o vender a las mujeres y niños, fugarse con las armas y los caballos y avanzar hacia el siguiente con mayor número.
Xcor pensaba como su enemigo en ese sentido: cuando terminaba la lucha, siempre cogía cualquier cosa que pudiese ser útil antes de salir hacia la siguiente batalla. Noche tras noche, el Sanguinario y sus soldados se abrían paso a través de lo que los humanos llamaban Inglaterra y, cuando llegaran a la punta del territorio escocés, darían la vuelta y se apresurarían de nuevo hacia bajo, hacia el sur, al sur, al sur hasta que el talón de Italia los obligase a girar. Y luego sería avanzar a través de muchos kilómetros otra vez. Y otra. Y otra vez.
—Dejemos nuestra provisiones aquí —señaló Xcor, apuntando un roble de tronco grueso que había caído sobre un arroyo.
Mientras la transferencia de los modestos suministros era hecha, no se escuchaba más que el sonido del crujido del cuerpo y el resoplido ocasional de los sementales. Cuando todo estuvo guardado bajo la falda del roble caído, volvieron a montar y reunieron sus caballos de pura raza –que eran la única cosa de valor, a parte de las armas, que poseían. Xcor no veía la utilidad en los objetos bellos o agradables –esos no eran más que un peso que tiraba de ti hacia abajo. ¿Un caballo fuerte y una daga bien equilibrada? No tenía precio.
Mientras los siete cabalgaban hacia el pueblo, no hicieron ningún esfuerzo para silenciar el golpeteo de los cascos de los corceles. No obstante, no hubo gritos. Tal era el gasto de energía que sus enemigos necesitaban una pequeña invitación para venir y saludarles.
Como bienvenida, uno o dos humanos echaron un vistazo afuera y luego rápidamente se encerraron de nuevo en sus moradas. Xcor los ignoró. En cambio, escaneó las enjutas casas de piedra, la plaza central y las fortificadas tiendas de comercio, buscando una forma bípeda tan pálida como un fantasma y tan apestosa como un cadáver cubierto de melaza.
Su padre se acercó a caballo y le sonrió con un filo de crueldad.
—Quizá después disfrutemos de los frutos de los jardines aquí.
—Quizá —murmuró Xcor mientras su caballo sacudía la cabeza. En verdad, no estaba muy interesado en llevarse a la cama a las hembras o en forzar a los machos a someterse, pero su padre no era alguien que se negase a los caprichos del ocio.
Usando señales de mano, Xcor dirigió a tres de su banda hacia la izquierda, donde había una pequeña estructura con una cruz encima del techo a dos aguas. Él y los demás fueron hacia la derecha. Su padre haría lo que quisiera. Como siempre.
Obligar a los sementales a seguir un paso normal era una tarea que desafiaba incluso al más valiente de los brazos, pero él estaba acostumbrado al tira-y-afloja y se sentó firmemente en la silla. Con un propósito sombrío, sus ojos penetraron las sombras producidas por la luz de la luna, buscando, indagando…
El grupo de asesinos que dio un paso desde el abrigo de la herrería tenía armas en abundancia.
—Cinco —gruñó Zypoher—. Bendita sea esta noche.
—Tres —interrumpió Xcor—. Dos no son más que humanos todavía, aunque matar a ese par… será un placer también.
—¿A quiénes tomarás tú, mi señor? —dijo su hermano-de-armas, con un respeto que se había ganado, no concedido como parte de algún derecho de nacimiento.
—A los humanos —dijo Xcor, desplazándose hacia delante y preparándose para el momento en que tuviese que darle en la cabeza a su semental—. Si hay otros lessers, eso servirá para que salgan más.
Espoleando a su gran bestia y fusionándose en la silla, sonrió mientras los lessers se mantenían firmes en sus cotas de malla y sus armamentos. Sin embargo, los dos humanos que había junto a ellos no iban a mantenerse firmes. Aunque el par estaba también equipado para la lucha, darían media vuelta y correrían al primer destello de colmillos, asustados como un grupo de caballos en una explosión de cañón.
Razón por la que giró bruscamente hacia la derecha no más de tres pasos al galope. Detrás de la cabaña del herrero, amarró las riendas y se lanzó sin caballo. Su semental era un perro salvaje, pero era obediente cuando se trataba de desmontar y esperar…
Una humana hembra salió de detrás de la puerta, su camisón blanco era un reflejo brillante en la oscuridad mientras ella trataba de encontrar equilibrio sobre el barro. En el instante en que lo vio, se quedó inmóvil por el terror.
Respuesta lógica: él doblaba su tamaño, sino lo triplicaba, y no vestía para dormir, como ella, sino para la guerra. Mientras ella se llevaba la mano a la garganta, él olió el aire y atrapó su olor. Mmm, quizá su padre tenía razón con eso de disfrutar el jardín…
Mientras pensaba en eso, dejó escapar un gruñido bajo que impulsó a los pies de la humana a salir corriendo y, al ver su huída, el depredador en él salió a la luz. Con una sed de sangre que se enroscaba en sus entrañas, se recordó que hacía cuestión de semanas que se había alimentado de un miembro de su especie y, aunque esta muchacha no era más que una humana, ella bien podría ser suficiente para esta noche.
Desafortunadamente, no había tiempo para diversión en este momento –aunque su padre seguramente la cogería después. Si Xcor necesitaba un poco de sangre para apañarse, conseguiría a ese mujer o a otra.
Dando la espalda a la huida de la humana, plantó los pies y desenvainó su arma preferida: aunque las dagas tenían su utilidad, él prefería la guadaña, de mango largo y con modificaciones para conseguir una funda que se atase a la espalda. Era un experto esgrimiendo el peso pesado y sonrió mientras trabajaba la hoja letal y curva en el viento, esperando jugar a la red con el par de peces que estaban preparados para nadar…
Ah, sí, que bueno era estar en lo cierto.
Justo después de una luz brillante y un sonido de explosión que estalló en la calle principal, los dos humanos vinieron gritando desde atrás de la herrería como si fuesen perseguidos por merodeadores.
Pero estaban equivocados, no lo eran. Sus merodeadores estaban esperando aquí.
Xcor no gritó ni les maldijo ni gruñó. Se lanzó a correr con la guadaña, el equilibrio del arma balanceándose equitativamente entre sus dos manos mientras sus poderos muslos acortaban la distancia. Una mirada hacia él y esos humanos se salían de las botas, moviendo los brazos para equilibrarse como si fuera el aleteo de las alas de los patos al aterrizar en el agua.
El tiempo se ralentizó mientras caía sobre ellos, su arma favorita moviéndose en un gran círculo y alcanzándolos al nivel del cuello.
Sus cabezas fueron separadas en un solo movimiento, limpiamente, esos rostros sorprendidos parpadeando y desapareciendo mientras lo que había sido liberado iba de la nariz a la frente, la sangre salpicando el pecho de Xcor. En ausencia de sus coronas craneales, las mitades inferiores de sus cuerpos cayeron al suelo en un curioso aterrizaje inanimado, en un amasijo de extremidades.
Ahora él gritó.
Volviéndose, Xcor plantó sus botas de cuero en el barro, tomó una bocanada de aire y se lanzó hacia abajo mientras trabajaba con su guadaña frente a él, el acero enrojecido tenía hambre de más. A pesar de que sus presas habían sido simples humanos, la ráfaga de la muerte era mejor que un orgasmo, la sensación que tenía después de tomar la vida y dejar los cuerpos atrás era como el aguamiel.
Silbando entre dientes, llamó a su semental, que se desbocó hacia él ante la orden. Un salto y estuvo sobre la silla, con la guadaña en alto en su mano derecha mientras se ocupaba de las riendas con la izquierda. Espoleando duro, lanzó a su corcel al galope, atravesando un camino estrecho y sucio, y surgió en el fragor de la batalla.
Sus compañeros hijos de puta estaban en plena lucha, el choque de las espadas y los gritos salpicaban la noche mientras el demonio conocía al enemigo. Y como Xcor había predicho, media doce más de lessers aparecieron montados sobre sementales de buena raza, leones enardecidos defendiendo su territorio.
Xcor cayó sobre la unidad de avance de los enemigos, asegurando las riendas en su empuñadura y blandiendo la guadaña mientras su semental corría hacia los otros caballos con los dientes al descubierto. Sangre negra y partes de cuerpo volaron mientras él troceaba a sus adversarios, su caballo y él trabajaban como si fuesen una sola unidad de ataque.
Mientras cogía a otro asesino con su acero y lo cortaba por la mitad a la altura del pecho, supo que esto era para lo que había nacido, para hacer el mejor uso de su tiempo en la tierra. Él era un asesino, no un defensor.
No luchaba por su raza… sino por sí mismo.
Aún era demasiado pronto, la bruma nocturna se arremolinaba alrededor de los lessers que caían retorciéndose en los charcos de su aceitosa sangre negra. Hubo pocas lesiones en su grupo. Throe tenía una herida en el hombro, producida en su carne por algún tipo de hoja. Y Zypher cojeaba, una mancha roja corría por la parte exterior de su pierna hasta cubrir la bota. No iba más lento ni se preocupaba en lo más mínimo.
Xcor detuvo su caballo, desmontó y enfundó la guadaña. Mientras sacaba su daga de acero y comenzaba su ronda de apuñalar asesinos, lamentó el proceso de enviar al enemigo de vuelta con su creador. Quería más lucha, no menos…
Un grito desgarrado lo obligó a volver la cabeza. La mujer humana con camisón estaba siendo derribada a las carreteras de tierra del pueblo, su pálido cuerpo acurrucado en un ovillo, como si tratara de esconderse. Apretando los talones, el padre de Xcor montaba a horcajadas su semental y cabalgaba con solidez, el enorme cuerpo del Sanguinario colgaba por los lados de la silla como si fuera a caerse de ella. En verdad, eso no tenía mucha importancia, mientras flaqueaba a la humana, la agarró con el brazo y la lanzó sobre su regazo.
No se detuvo, ni siquiera desaceleró después de la captura, pero sí hizo algo: con su semental a galope tendido y la humana sobre él, el padre de Xcor se las arregló para atacar su delgada garganta con los colmillos, bloqueando el cuello de la mujer como si fuera a abrazarla con los caninos.
Y ella habría muerto. Sin lugar a duda, ella habría muerto.
Si el Sanguinario no lo hubiese hecho primero.
De entre un remolino de niebla, una figura fantasmal apareció como si hubiese sido formada por los filamentos de humedad que flotaban en el aire. Y en el momento en que Xcor vio el espectro, entrecerró los ojos y se fijó en su nariz afilada.
Parecía ser una hembra. De su especie. Vestida con una túnica Blanca.
Y su olor le recordaba algo que no podría ubicar.
La hembra fue directamente hacia su padre, pero parecía completamente indiferente al caballo o al sádico guerrero que pronto llegaría hasta ella. No obstante, su padre parecía encantado con ella. En el instante que se fijó en ella, dejó caer a la mujer humana como si no fuera nada más que un hueso de cordero que ya había masticado.
Esto estaba mal, pensó Xcor. Verdaderamente, él era un macho de acción y poder, alguien que no se alejaba de un miembro del sexo débil… pero todo en su cuerpo le advertía de que esa entidad etérea era peligrosa. Mortal.
—¡Oy! ¡Padre! —gritó—. ¡Vuélvase!
Xcor silbó a su semental, que obedeció la orden. Desbocándose sobre la silla, hundió las espuelas en los flancos de su semental, lanzándose de cabeza para interceptar el camino de su padre, un extraño pánico lo azotaba.
Llegaba tarde. Su padre estaba esperando a la hembra, que poco a poco se había agachado.
Dioses, ella iba a saltar a…
En una carrera coordinada, ella se catapultó en el aire y cayó sobre la pierna de su padre, usándola como una especie de bóveda en el caballo. Luego, agarrándose al sólido pecho del Sanguinario, saltó a un lado y se llevó al macho tras ella con una fuerza que desafiaba tanto su sexo como su naturaleza fantasmal.
Así que no era fantasma, sino de carne y hueso.
Lo que isgnificaba que podría ser asesinada.
Mientras Xcor se preparaba para dirigir su semental hacia ellos, la hembra dejó escapar un grito que no era nada femenino: estaba más en la línea de su propio grito de guerra, el bramido cortó los cascos que tronaban debajo de él y el sonido de su grupo de bastardos que se reunía para contrarrestar este ataque inesperado.
Sin embargo, no había necesidad inmediata de interceder.
Su padre, recuperándose del impacto de ser bajado de la silla, se puso bocarriba y desenvainó su espada, con una mueca en el rostro similar a la de un animal. Con una maldición, Xcor tiró de las riendas y detuvo el rescate porque seguramente su padre tomaría el control: el Sanguinario no era el tipo de macho que necesitaba ayuda –había derrotado a Xcor en el pasado, lecciones que habían sido difíciles de aprender y buenas de recordar.
Sin embargo, se apeó y se preparó en la periferia por si había más Valquirias de ese tipo en medio del bosque.
Razón por la cual la escuchó decir claramente un nombre.
—Vishous.
La rabia de su padre fue seguida por una confusión breve. Y antes de que pudiera reanudar su defensa, ella empezó a brillar con lo que seguramente era una luz profana.
—¡Padre! —gritó Xcor mientras corría hacia ellos.
Pero llegó demasiado tarde. Y el contacto se estableció.
Las llamas rodearon a su fuerte padre, su rostro barbudo, y envolvieron su forma corporal como si fuera heno seco. Y con la misma gracia con la que lo había hecho antes, la hembra saltó hacia atrás y lo miró mientras él se movía frenéticamente para apagar el fuego sin ningún resultado. En la noche, él gritaba mientras se quemaba vivo, la ropa de cuero no era ninguna protección para la piel y el músculo.
No había forma de acercarse lo suficiente a la llama y Xcor derrapó para detenerse, levantando el brazo frente a sí y manteniéndose a distancia del calor que era exponencialmente más caliente de lo que debería haber sido.
Al mismo tiempo, la hembra vigilaba el retorcimiento y las contracciones del cuerpo… la parpadeante luz naranja iluminó su bello y cruel rostro.
La perra estaba sonriendo.
Y fue entonces cuando ella levantó la cara hacia él. Xcor tuvo una visión apropiada de su rostro y en un primer momento se negó a creer lo que veía. Y,sin embargo, el resplandor de las llamas no decía ninguna mentira.
Estaba mirando una versión femenina del Sanguinario. El mismo pelo negro, la misma piel pálida y los mismos ojos claros. La misma estructura ósea. También, la misma luz de venganza en sus ojos casi violetas, que era una combinación de éxtasis y satisfacción por causar una muerte que Xcor conocía muy bien.
Ella se fue un momento más tarde, desapareciendo en la niebla de una manera que no era como sus desmaterializaciones, sino más bien en una ráfaga de humo, partiendo poco a poco.
Tan pronto como pudo, Xcor se acercó a su padre, pero no había nada que salvar… apenas nada para enterrar. Cayó de rodillas ante los humeantes huesos. Tuvo un momento de deplorable debilidad: las lágrimas brotaron de sus ojos. El Sanguinario había sido una bestia pero, como única descendencia masculina, Xcor y él habían estado cerca… De hecho, se habían llevado bien.
—Por todo lo que es santo… —dijo Zypher roncamente—. ¿Qué ha sido eso?
Xcor parpadeó con fuerza antes de mirarlo por encima del hombro.
—Ella lo ha matado.
—Sí. Y mucho más que eso.
Mientras el grupo de bastardos se acercaba a él, uno a uno, Xcor tuvo que pensar en qué decir, en qué hacer.
Rígidamente se levantó, quería llamar a su semental, pero sentía la boca demasiado seca para silbar. Su padre… estaba muerto. Muerto. Y todo había sucedido tan rápido, demasiado rápido.
Por una hembra.
Su padre, desaparecido.
Cuando pudo, miró a cada uno de los hombres que tenía frente a sí, dos de ellos a caballo, dos a pie y uno a su derecha.
Con el peso de la decisión sobre los hombros, sabía que cualquier cosa que el destino les deparase, sería determinada por lo que él hiciese en este momento, aquí y ahora.
No se había preparado para esto, pero el no se alejaría de lo que debía hacer.
—Escuchad esto porque lo diré sólo una vez. Nadie debe decir nada. Mi padre murió en la batalla contra el enemigo. Lo incineré para rendirle homenaje y mantenerlo conmigo. Jurádmelo ahora.
Los hijos de puta con los que había vivido y luchado juraron y, después de que sus profundas voces se alejaran en la noche, Xcor se inclinó y pasó sus dedos por las cenizas.
Alzando las manos hacia su cara, se marcó con el hollín desde las mejillas hasta las venas gruesas que corrían a ambos lados de su cuello… y luego palmeó el duro y huesudo cráneo que era todo lo que le quedaba de su padre. Sosteniendo los restos humeantes y carbonizados en alto, reclamó a los soldados que estaban ante sí como suyos.
—Yo soy vuestro único señor ahora. Uníos a mí en este momento o convertíos en mi enemigo. ¿Qué tenéis que decir?
No hubo ni una sola vacilación. Los machos se pusieron de rodillas, sacando sus dagas, y estallaron en un grito de guerra antes de enterrar las hojas en la tierra a sus pies.
Xcor miró sus cabezas inclinadas y sintió un manto cayendo sobre sus hombros.
El Sanguinario estaba muerto. Ya no vivía, él era una leyenada a partir de esta noche.
Y como era justo y correcto, el hijo ahora tomaba el lugar del padre, al mando de esos soldados que no servirían a Wrath, el rey que no debía gobernar, ni a la Hermandad, que no merecía que se rebajasen a ese nivel… sino a Xcor y sólo a Xcor.
—Iremos en la dirección de donde vino la mujer —anunció—. La encontraremos, aunque nos lleve siglos, y pagará por lo que ha hecho esta noche —Xcor silbó fuerte y claro a su caballo—. La liquidaré yo mismo por esta muerte.
Saltando sobre su caballo, recogió las riendas y espoleó a la gran bestia hacia la noche, su grupo de bastardos le pisaba los talones, preparados para ir a la muerte por él.
Mientras salían del pueblo ruidosamente, guardó el cráneo de su padre dentro de su camisa de cuero de batalla, sobre el corazón.
La venganza sería suya. Incluso si eso lo mataba.
ACTUALIDAD, HIPÓDROMO DEL ACUEDUCTO, QUEENS, NUEVA YORK
—Quiero chupártela.
El Dr. Manny Manello giró la cabeza hacia la derecha y miró a la mujer que le había hablado. No era ni de cerca la primera vez que había oído esa combinación de palabras, y la boca de la que habían salido tenía suficiente silicona como para ofrecer un buen acolchado. Aún así era una sorpresa.
Candace Hanson le sonrió y se ajustó su sombrero Jackie O con una mano que tenía la manicura hecha. Aparentemente, había decidido que la combinación entre elegante y picante era atrayente... y quizás lo era para algunos tipos.
Diablos, en otro momento de su vida, probablemente hubiera aceptado, basándose en la teoría ¿y—por—qué—coño—no? ¿ahora? Archiva eso en ni—de—coña.
Impertérrita ante su falta de entusiasmo, se inclinó hacia adelante, dándole un vistazo de un set de pechos que no desafiaban la gravedad tanto como la ridiculizaban, insultaban a su madre y se meaban en sus zapatos.
—Sé dónde podríamos ir.
Él apostaba a que lo sabía.
—La carrera está a punto de empezar.
Ella hizo un pucherito, o quizás era simplemente la manera en sus labios post—inyección sobresalían. Dios, probablemente hace una década tenía un rostro fresco; ahora los años iban añadiéndole una pátina de desesperación... junto con el proceso natural de envejecimiento ligado a las arrugas contra el que, claramente, luchaba como una boxeadora.
—Luego, entonces.
Manny se dio la vuelta sin responder, preguntándose cómo se había colado en las plazas de la sección de propietarios. Debió haber sido en el apuro al volver aquí tras ensillar a los caballos en el cercado... y sin duda estaba acostumbrada a meterse en lugares donde no le estaba permitido estar: Candance era uno de esas tipas sociales de Manhattan que estaba a un mero chulo de distancia de ser una prostituta y, en muchos sentidos, era como cualquier otra wasp(1)... ignora la molestia y esta irá a parar a cualquier otro lado.
O en cualquier otra persona, en este caso.
Levantando el brazo para evitar que se acercara más, Manny se inclinó sobre la baranda de su plaza y esperó a que trajeran a su chica a la pista. Estaba posicionada en el exterior, eso estaba bien: ella prefería no estar con la manada y nunca le había molestado correr una pequeña distancia extra.
El Acueducto, en Queens, Nueva York, no tenía el prestigio de Belmont o Pimlico, o el de la venerable madre de todos los hipódromos, Churchill Downs. Sin embargo, tampoco era mierda de perro. Las utilidades tenían una pista de unos 2,8 km, así como un césped y un recorrido corto. La capacidad total era de unas 90.000 personas. La comida era bueh, pero nadie iba allí a comer realmente, y a veces había algunas carreras importantes, como la de hoy: The Wood Memorial Stakes con un fondo de 75.000 dólares, tenía lugar en abril, era una buena cota de referencia para los competidores de la Triple Crown...
Oh, sí. Ahí estaba su chica.
Mientras los ojos de Manny se clavaban en GloriaGloriaAleluya, el sonido de la multitud, la brillante luz del día y la inquieta formación de los otros caballos parecieron desaparecer.
Todo lo que veía era su magnífica potra negra, su pelaje resplandeciendo bajo sol, sus patas súper—esbeltas flexionándose, sus delicados cascos alzándose y volviendo a bajar en la tierra de la pista. Con sus cerca 1,72 m de altura, el jockey era un minúsculo bicho enroscado en su lomo, y esa diferencia de tamaño era representativo también de la división de poder entre ellos. Ella lo había dejado claro desde su primer día de entrenamiento: puede que tolerara a los pequeños y molestos humanos, pero solo durante la cabalgata. Ella estaba al mando.
Su temperamento dominante ya le había costado dos entrenadores ¿Y el tercero con el que estaban ahora? El tipo parecía un poco frustrado, pero eso solo era su sentido del control siendo pisoteado hasta la muerte. Los tiempos de Gloria eran sobresalientes... simplemente ninguno de ellos tenía que ver con él.
Y a Manny no le importaban en absoluto los inflados egos de los hombres que vivían de trabajar con caballos. Su chica era una luchadora y sabía lo que hacía, él no tenía ningún problema en dejarla hacer y observar mientras enterraba a la competencia.
Con sus ojos fijos en ella, record al cabrón al que se la había comprador hacía algo más de un año. Esos veinte de los grandes habían sido una ganga, dada su crianza, pero también fueron una fortuna teniendo en cuenta su temperamento y el hecho de que no había estado claro si obtendría permiso para correr. Había sido una potra de dos años rebelde, al borde de quedarse en el banquillo... o peor, ser convertida en comida para perros.
Pero él había tenido razón. Si tan solo le dabas rienda suelta para que mandara, era espectacular.
Cuando la alineación se acercó a las puertas, algunos de los caballos empezaron a darle pequeños golpes, pero su chica estaba quieta como una roca, como si supera que no tenía sentido gastar su energía en esa mierda preliminar.
A él realmente le gustaban sus posibilidades a pesar de su posición en la parrilla de salida, el jockey en su lomo era toda una estrella: sabía exactamente cómo manejarla, y desde ese punto de vista, él era más responsable de su éxito que los entrenadores. Su filosofía con ella consistía en asegurarse de que viera todas las mejores rutas para mantenerse alejada de la manada y dejarla escoger por dónde ir.
Manny se puso de pie y se agarró a la balaustrada frente a él, sumándose a la multitud mientras se alzaba y sacaba incontables binoculares. Cuando su corazón comenzó a latir con fuerza, se alegró, porque últimamente, descontando el gimnasio, había estado en encefalograma plano. La vida había arrastrado un terrible sentimiento de insensibilidad con ella en el último año, y quizás eso era parte de la razón por la que su potra era tan importante para él.
A lo mejor ella era todo lo que tenía.
Ni de coña iba a pensar en eso.
En la puerta era todo cuestión de venga, venga, venga: cuando intentabas encajar quince caballos sobre—excitados con patas como palos y glándulas que segregaban adrenalina como howitzers(2) en pequeñas jaulas de metal, no perdías tiempo.
En cosa de un minute, la pista estaba cerrada y las cámaras se apresuraban a las barandas.
Latido.
Campana.
¡Bang!
Las puertas se abrieron y la multitud rugió mientras los caballos se precipitaban hacia adelante como si hubieran salido de cañones. Las condiciones eran perfectas. Seco. Fresco. La pista era rápida. No era como si a su chica le importara. Correría sobre arenas movedizas si tuviera que hacerlo.
Los purasangres pasaron a toda velocidad por delante de ellos, el sonido de sus cascos y la poderosa voz del comentarista modelando la energía en el sitio hasta tonos de éxtasis.
Manny se mantuvo en calma, manteniendo sus manos agarradas con firmeza a la baranda frente a él y sus ojos en la pista mientras la manada giraba la primera esquina en un apretado grupo de lomos y colas.
La pantalla gigante le mostraba todo lo que necesitaba ver. Su potra estaba la penúltima, prácticamente galopando mientras el resto de ellos iban a toda velocidad...infierno, su cuello no estaba ni siquiera extendido por complete. Sin embargo, su jockey estaba hacienda su trabajo, alejándola de la baranda, dándole la oportunidad de correr por el lado más alejado de la manada o pasando entre ellos cuando estuviera preparada.
Manny sabía exactamente que iba a hacer. Iba a abrirse paso a la fuerza entre ellos como una bala destructora.
Ese era su estilo.
Y desde luego, cuando enfilaron la recta final, empezó a darle caña.
Bajó la cabeza, estiró el cuello y empezó a alargar la zancada.
—De puta madre —murmuró Manny—. Puedes hacerlo, nena.
Mientras Gloria penetraba en la atestada pista se convirtió en un relámpago cortando a través de los demás corredores, su arranque de velocidad tan poderoso que estabas totalmente seguro de que lo había hecho a propósito: no era suficiente para machacarlos a todos, pero tenía que hacerlo en los últimos 800 metros, volando de golpe las silla de los bastardos en el último momento posible.
Manny rio desde lo profundo de su garganta. Era exactamente su tipo de chica.
—Cristo, Manello, mírala.
Manny asintió sin mirar al tipo que le había hablado al oído porque en ese momento un cambio de juego estaba desarrollándose: el potro que iba a la cabeza perdió inercia, quedándose atrás mientras sus patas se quedaban sin combustible, su jockey lo fustigó en los cuartos traseros... lo que tuvo el mismo éxito que putear a un coche que se ha quedado sin gasolina. El potro en el segundo lugar, un gran castaño con mala actitud y una zancada tan larga como un campo de fútbol, tomó ventaja de la pérdida de velocidad inmediatamente.
El par se pusieron cuello con cuello durante sólo unos segundos antes de que el castaño tomara control de la carrera. Pero no iba a durar mucho. La chica de Manny escogió ese momento para colarse entre tres caballos y pegarse a su culo más cerca que una pegatina.
Seh, Gloria estaba en su elemento, las orejas pegadas a la cabeza, los dientes al descubierto.
Iba a comerse su puto almuerzo. Y era imposible no extrapolarse al primer Sábado en Mayo y al Kentucky Derby...
Todo sucedió tan rápido.
Todo terminó... en un parpadeo.
En un deliberado golpe, el caballo se empotró contra Gloria, el brutal impacto mandándola contra la baranda. Su chica era grande y fuerte pero no era rival para un body check(3) como ese, no cuando iba a 17 km /h.
Por un momento, Manny pensó que se recuperaría. A pesar de estar doblando a toda velocidad, luchó por levantarse, él esperaba que ella encontrara el paso de nuevo y le enseñara al una buena lección de modales al rebelde bastardo.
Excepto que se cayó. Justo en frente de los tres caballos a los que había adelantado.
La carnicería fue inmediata, los caballos girando ampliamente para evitar el obstáculo en su camino, los jockeys intentando romper la inercia de las vuelta con la esperanza de conseguir mantenerse en sus monturas.
Todos lo consiguieron. Excepto Gloria.
Mientras la multitud daba un grito ahogado, Manny se precipitó hacia adelante, pasando los límites de su plaza y saltando por encima de gente, sillas y barricadas hasta que llegó a la propia pista.
Corrió hacia ella, los años de atletismo llevándolo a toda velocidad hacia la desoladora imagen.
Ella estaba intentando levantarse. Bendito fuera su gran, fiero corazón, estaba luchando por ponerse de pie, sus ojos fijos en el resto de la manada, como si no le importara una mierda haberse hecho daño; solo pensando alcanzar a los que la habían dejado en el polvo.
Trágicamente, su pata delantera tenía otros planes para ella: mientras peleaba, la delantera derecha giro extrañamente bajo la rodilla y Manny no necesitó todos sus años como cirujano ortopédico para saber que ella tenía problemas.
Graves problemas.
Mientras llegaba a ella, su jockey estaba llorando.
—Dr. Manello, lo intenté... Oh, Dios...
Manny resbaló en la tierra y se lanzó por las riendas mientras los veterinarios llegaban y una pantalla era colocada alrededor de la dramática escena.
Mientras tres hombres aparecían, sus ojos empezaron a volverse salvajes por el dolor y la confusión. Manny hizo lo que pudo para calmarla, permitiéndole mover la cabeza tanto como quisiera mientras le acariciaba el cuello. Y finalmente se tranquilizó cuando le inyectaron un tranquilizante.
El veterinario jefe le echó un vistazo y sacudió la cabeza. Lo que en el mundo de las carreras era el lenguaje universal para: necesita ser sacrificada.
Manny se pegó al careto del tipo:
—Ni se te ocurra. Estabiliza la fractura y llévala a Tricounty ahora mismo ¿Está claro?
—Nunca más volverá a correr...esto parece una multi...
—Saca mi jodido caballo de esta pista y llévala a Tricounty...
—Ella no vale la pena...
Manny agarró al tipo violentamente por su bata y arrastró al Sr. Solución Fácil hasta que quedaron nariz contra nariz.
—Hazlo. Ahora.
Hubo un pequeño momento de incomprensión, como si ser maltratado fuera algo nuevo para el pequeño malcriado. Y para que los dos estuvieran totalmente de acuerdo, gruño.
—No voy a perderla... pero estoy más que dispuesto a disponer de ti. Aquí. Ahora.
El veterinario se encogió, como si supiera que estaba en peligro de que le endiñaran una buena.
—Vale...vale.
Manny no estaba dispuesto a perder su caballo. Durante los últimos doce meses, él había lamentado la pérdida de la única mujer que le importaba, se había planteado su cordura, y había empezado a beber Escocés aunque siempre había odiado esa mierda.
Si Gloria la palmaba ahora...no le quedaba mucho más en la vida, ¿no?
*Notas:
(1)WASP: White Anglosaxon Protestan (Anglosajón Protestante Blanco)
(2)Pieza de artillería
(3)Un bloqueo que se práctica en deportes.
CALDWELL, NUEVA YORK, CENTRO DE FORMACIÓN, COMPLEJO DE LA HERMANDAD
Puto... Bic... pedazo de mierda...
Vishous estaba de pie en el pasillo, fuera de la clínica de la Hermandad, con un cigarro liado a mano entre los labios y un pulgar que estaba llevando a cabo un entrenamiento jodidamente magnífico. Sin embargo, la llama no iba a hablar, no importaba cuántas veces masturbara la pequeña rueda del mechero.
Chic. Chic. Chic…
Con absoluto hastío, lanzó el PDM(1) a la basura y se dirigió hacia el guante blindado con plomo que cubría su mano. Arrancándose el cuero, miró fijamente la brillante palma, flexionando los dedos y doblándola por la muñeca.
Era parte lanzallamas, parte bomba nuclear, capaz de fundir cualquier metal, convertir la piedra en cristal y volver kebab cualquier avión, tren o automóvil que él quisiera. También era la razón por la que podía hacerle el amor a su shellan y uno de los dos legados que su divina madre le había dado.
Y no veas, la mierda de la segunda-vista era casi tan divertida como la rutina de la mano de la muerte.
Acercando el arma mortal hasta su rostro, puso el extremo del cigarro por los alrededores, no demasiado cerca o inmolaría su sistema de distribución de nicotina y tendría que volver a pasar por el tostón de liar otro. Los cual era algo para lo que no tenía paciencia en un buen día y desde luego no en un momento como este...
Ah, amada inhalación.
Apoyándose contra la pared, plantó sus shitkickers en el suelo de linóleo y fumó. El cigarro liado no hizo mucho por su caso crónico de pensamientos fatalistas, pero le dio algo que hacer que era mejor que la opción que le había estado rondando por la cabeza durante las últimas dos horas. Mientras se ponía el guante de nuevo, quiso tomar su “don” e ir a prenderle fuego a algo, a cualquier cosa...
¿Estaba su hermana gemela realmente al otro lado de esta pared? ¿Tumbada en una cama de hospital… paralizada?
Jesucristo... tener trescientos años y averiguar que tienes un hermano.
Buena jugada, mami. Jodidamente buena.
Y pensar que había asumido que ya había tratado todos los asuntos necesarios con sus padres. Pero bueno, solo uno de ellos estaba muerto. Si la Virgen Escriba simplemente tomara el mismo camino que el Sanguinario y la palmara, quizá conseguiría nivelarse un poco.
Tal y como las cosas estaban ahora, su última exclusiva de la Página Seis(2), junto con el hecho de que Jane estaba de caza en el mundo humano sola, lo estaba volviendo...
Seh, mejor no hablar de eso.
Sacó su teléfono móvil. Lo comprobó. Lo puso de vuelta en el bolsillo de sus pantalones de cuero.
Maldición, esto era tan típico. Jane se concentraba en algo y eso era todo. Nada más importaba.
No era como si él no fuera exactamente igual, pero en momentos como este, apreciaría algunas noticias.
Puto sol, atrapándolo dentro de la casa. Al menos si estuviera con su shellan, no habría ninguna posibilidad de que "el gran" Manuel Manello se pusiera todo oh-no-lo-creo con el asunto. V simplemente noquearía al bastardo, echaría su cuerpo dentro del Escalade y conduciría esas talentosas manos hasta aquí para que operaran a Payne.
En su mente, el libre albedrío era un privilegio, no un derecho.
Cuando se terminó el cigarro, lo apagó en la suela de su shitkicker y echó la colilla al basurero. Realmente deseaba una bebida... que no fuera soda o agua. Media botella de Grey Goose apenas limaría su aspereza, pero con algo de suerte estaría ayudando en la sala de operaciones dentro de poco, así que necesitaba permanecer sobrio.
Entrando a la sala de examen, sus hombres se tensaron, sus molares se apretaron y, por un momento, no supo cuánto más podría aguantar. Si había algo garantizado que dejaría en carne viva, era su madre marcándose otra, y ya sería difícil que se viniera con algo peor que esta mentira de mentiras.
El problema era que la vida no venía con una “lanzada de emergencia” por defecto para parar la diversión cuando tu máquina de pinball se ponía chunga.
—¿Vishous?
Cerró los ojos brevemente ante el sonido de esa suave y baja voz.
—Sí, Payne —acabó la frase cambiando a la Antigua Lengua—. Soy yo.
Cruzando el centro de la habitación, retomó su lugar en el taburete al lado de un carrito. Estirada bajo algunas mantas, Payne estaba inmovilizada con la cabeza entre bloques y un collarín que iba desde su barbilla hasta sus clavículas. Una vía intravenosa estaba conectada a su brazo, colgando desde un poste de acero inoxidable y había algunos tubos enchufados al catéter que Ehlena le había puesto.
Aunque la sala alicatada era brillante y limpia, y el material médico era igual de amenazador que las tazas y platillos en una cocina, se sentía como si ambos estuvieron en una oscura caverna rodeados de grizzlies.
Sería mucho mejor si pudiera ir y matar al hijoputa que había puesto a su hermana en esta condición. El problema era que... eso significaría que tendría que cargarse a Wrath, y que corta rollo, macho. Ese gran bastardo no solo era el rey, era un hermano... y estaba el pequeño detalle de que lo que la había dejado como estaba había sido consensuado.
La sesiones de lucha que los dos habían estado teniendo los últimos meses los habían mantenido en forma... y desde luego, Wrath no había tenido ni idea de con quien había estado luchando porque el macho estaba ciego ¿Sabía que era una hembra? Duh, claro. Había sido en el Otro Lado y nunca había machos por allí. Pero la falta de visión del rey había supuesto que le fuera imposible darse cuenta de aquello que V y todos los demás habían estado mirando fijamente cada vez que entraban en la habitación: la larga trenza de Payne era del color exacto del cabello de V, su piel tenía el mismo tono, estaba hecha tal y como él, alta, delgada y fuerte. Pero los ojos... mierda, los ojos.
V se frotó el rostro. Su padre, el Sanguinario, había tenido incontables hijos bastardos antes de que los mataran en una escaramuza contra unos restrictores allá en el Antiguo País. Pero V no tenía en cuenta ninguna de esas relaciones con hembras aleatorias.
Payne era diferente. Los dos tenían la misma madre y no era cualquier mahmen querida. Era la Virgen Escriba. La madre primigenia de la raza.
Pedazo de puta que era.
La mirada de Payne se trasladó a él y V se tensó. Los iris que se encontraron con los suyos eran blancos como el hielo, igual que los suyos, y los bordes azul marino a su alrededor eran algo que él veía cada noche en el espejo. Y la inteligencia... el genio en esas profundidades árticas era exactamente lo mismo que se cocía en su coco.
—No puedo sentir nada. —dijo Payne.
—Lo sé. —sacudiendo la cabeza, repitió—. Lo sé.
Su boca se crispó como si, en otras circunstancias, hubiera sonreído.
—Puedes hablar en la lengua que desees. —dijo con un inglés fuertemente acentuado—. Hablo fluidamente...varias.
Como él. Lo que suponía que era incapaz de formar una respuesta en dieciséis idiomas diferentes.
Hurra por él.
—¿Has oído algo...de tu shellan? —dijo insegura.
—No ¿Necesitas más medicación para el dolor?
Ella sonaba más débil que cuando él se había ido.
—No, gracias. Me hacen sentir... rara.
Esto fue seguido por un largo silencio.
Que tan solo se hizo más largo.
Y más largo.
Cristo, a lo mejor debería cogerle la mano... después de todo podía sentir de cintura para arriba. Seh, pero ¿Qué tenía él para ofrecer en las palmas? La izquierda estaba temblando y la derecha era un arma mortal.
—Vishous, el tiempo no está...
Dado que su gemela dejó la frase en el aire, él la terminó en su mente, de nuestra parte.
Tío, deseaba que ella no tuviera razón. Sin embargo, cuando se trataba de lesiones espinales, al igual que con los derrames cerebrales o los ataques al corazón, las oportunidades se perdían con cada minute que el paciente pasaba sin ser tratado.
Mas le valía al humano ser tan brillante como Jane decía.
—¿Vishous?
—¿Sí?
—¿Desearías que no me hubiera presentado en este lugar?
Él frunció el ceño con fuerza.
—¿De qué demonios estás hablando? Por supuesto que te quiero conmigo.
Mientras daba golpecitos con el pie, se preguntaba cuánto más iba a tener que quedarse ates de poder salir a fumar otro cigarrillo. Simplemente no podía respirar sentado en este sitio, incapaz de hacer nada mientras su hermana sufría y su cerebro se colapsaba con preguntas. Tenía miles de qués y por qués rodándole la cabeza, pero no conseguía preguntarlos. Payne se veía como si fuera a deslizarse en un coma en cualquier momento, así que no era momento para un kaffeeklatsch.(3)
Mierda. Puede que los vampiros cicatrizaran a la velocidad del rayo, pero no eran ni de cerca inmortales.
Bien podría perder a su gemela antes de llegar a conocerla.
Teniendo eso en cuenta, echó un vistazo a sus vitales en el monitor. La presión sanguínea de la raza ya era baja de por sí, pero la de ella estaba por los suelos. El pulso era lento e irregular. Y habían tenido que silenciar el sensor de oxígeno porque la alarma había estado disparándose continuamente.
Mientras los ojos de ella se cerraban, la miró preocupado, preguntándose si sería por última vez y, en ese caso, ¿qué había hecho él por ella? Nada más que gritarle cuando le había hecho una pregunta.
Se inclinó algo más cerca, sintiéndose como un schmuck.(4)
—Tienes que aguantar, Payne. Voy a conseguir lo que necesitas, pero tienes que aguantar.
Los párpados de su gemela se alzaron y lo miró desde donde su cabeza estaba inmovilizada.
—He traído demasiados problemas a tu puerta.
—No te preocupes por mí.
—Eso es lo único que he hecho toda mi vida.
V volvió a fruncir el ceño. Claramente, todo este rollo hermano/hermana era novedad solo por su parte y la verdad es que se preguntaba cómo demonios había averiguado ella que él existía.
Y qué sabía.
Mierda, esta era otra ocasión en la que deseaba haber sido vainilla.
—Estás tan seguro del sanador que buscas. —farfulló ella.
Bueno, no realmente. Lo único de lo que estaba seguro era de que si el bastardo la mataba, iba a haber una un doble funeral esta noche... asumiendo que quedara algo del humano para enterrar o quemar.
—¿Vishous?
—Mi shellan confía en él.
Los ojos de Payne se deslizaron hacia arriba y quedaron fijos allí ¿Estaba mirando el techo? ¿La lámpara de examen que colgaba sobre ella? ¿Algo que él no podía ver?
Finalmente, ella dijo:
—Pregúntame cuántos años he estado al servicio de nuestra madre.
—¿Estás segura de tener la fuerza para esto?
Cuando prácticamente lo taladró con la mirada, le dieron ganas de sonreír.
—¿Durante cuánto?
—¿En qué año estamos en la Tierra? —cuando se le dijo, sus ojos se agrandaron—. Desde luego. Bueno, ha sido durante cientos de años. Estuve apresada por mahmen durante... cientos de años de mi vida.
Vishous sintió cómo sus colmillos hormigueaban de la rabia. Esa madre que tenían... debería haber sabido que la poca paz que había conseguido con la hembra no iba a durar.
—Ahora eres libre.
—¿Lo soy? —miró hacia sus piernas—. No puedo vivir en otra prisión.
—No lo harás.
Esa mirada glacial se empañó.
—No puedo vivir así ¿Entiendes lo que digo?
Se congeló totalmente por dentro.
—Escucha, voy a traer a ese doctor aquí y...
—Vishous —dijo con voz rasposa—. Verdaderamente, lo haría si pudiera, no hay nadie más a quien pueda recurrir ¿me entiendes?
Mientras encontraba su mirada, quería gritar, sentía un nudo en el estómago y el sudor en la frente. Era un asesino por naturaleza y entrenamiento, pero esa no era una habilidad que hubiera querido empuñar contra nadie de su propia sangre. Bueno, exceptuando a su madre, claro. O quizás su padre, solo que el tipo la había palmado solito.
De acuerdo, corrección: no era algo que fuera a hacerle a su hermana jamás.
—¿Vishous, me...?
—Seh. —miró hacia su mano maldita y flexionó ese pedazo de mierda—. Lo pillo.
En lo más profundo de su piel, en su mismísimo núcleo, sus cuerdas interiores habían empezado a vibrar. El tipo de cosa con la que había estado familiarizado toda su vida... y un shock total. No había vuelto a tener esta sensación desde que Jane y Butch habían llegado a su vida, y su regreso era... otra pedazo de Que Me Jodan.
En el pasado, eso lo había desviado seriamente del camino, hacia el terreno del sexo duro y otra mierda filosa.
A la velocidad del sonido.
—¿Y qué dices? —preguntó ella con un hilo de voz.
Mierda, acababa de conocerla.
-Sí. —flexionó su mano mortal—. Me ocuparé de ti. Si la situación llega a eso.
Mientras Payne miraba fijamente más allá del peso muerto de su cuerpo, el perfil sombrío de su gemelo era todo lo que podía ver, y se despreciaba a sí misma por la posición en la que lo había puesto. Había pasado todo el tiempo desde que había llegado a este lado intentando encontrar otro camino, otra opción, otro... cualquier cosa.
Pero lo que necesitaba no era algo que pudiera pedirle a un extraño.
Pero bueno, él era un extraño.
—Gracias, hermano mío.
Vishous simplemente asintió y siguió mirando hacia adelante. En persona, él era mucho más que una suma de sus rasgos faciales y el tamaño masivo de su cuerpo. Antes de que su mahmen la hubiera encerrado, había pasado mucho tiempo observándolo en los cuencos de visión de las Elegidas y había sabido quién era para ella en el mismo momento en que había aparecido en el agua... todo lo que tenía que hacer era mirarlo para verse a sí misma.
Que vida había llevado. Empezando por el campamento y la brutalidad de su padre... y ahora esto.
Bajo su fija compostura, hervía en rabia. Podía sentirlo en sus propios huesos, algún tipo de conexión entre ellos dándole una visión de él que iba más allá de la que sólo sus ojos se formaba.
En la superficie, estaba organizado como una pared de ladrillo, como si todos los componentes que lo componían estuvieran bien pegados con cemento en su lugar.
Sin embargo, por dentro de su piel, hervía... y la pista exterior era su mano derecha enguantada. Por debajo de su base, brillaba una luz... que se volvió más resplandeciente. Especialmente después de haberle hecho esa pregunta.
Se dio cuenta de que esta podría ser la única vez que estuvieran juntos, sus ojos volvieron a humedecerse.
—¿Estás emparejado con la hembra sanadora?
—Seh.
Cuando solo hubo silencio, deseó poder hacer que él siguiera hablando, pero claramente le había respondido por cortesía. Aún así, le creyó cuando dijo que estaba contento de que ella hubiera venido. No le había parecido del tipo de personas que mienten... no porque le preocupara la moral, o la educación, sino porque veía dicho esfuerzo como una pérdida de tiempo.
Payne volvió a dirigir sus ojos hacia el brillante círculo de fuego que brillaba sobre su cabeza. Deseaba que él la cogiera de la mano, o la tocara de alguna forma, pero ya le había exigido demasiado.
Tumbado en la mesa su cuerpo se sentía totalmente extraño, pesado y ligero a la vez. Su única esperanza eran los espasmos que recorrían sus piernas, provocándole un hormigueo en los pies haciendo que se movieran. Todo no podía estar perdido si eso estaba ocurriendo, se dijo a sí misma.
Excepto que, aunque se refugiaba en ese pensamiento, una pequeña y tranquila parte de su mente le decía que el techo cognitivo que estaba intentando construir no aguantaría la lluvia que se avecinaba sobre lo que quedaba de su vida: cuando movió sus manos, aunque no podía verlas, pudo sentir las frescas y suaves sábanas, y la frialdad de la mesa sobre la que estaba, le ordenó a sus pies que hicieran lo mismo... era como si estuviera en las serenas aguas de una de las pilas de baño del Otro Lado, arropada en una abrazo invisible, sintiendo a otra persona junto a ella.
¿Dónde estaba el sanador?
El tiempo... pasaba.
Mientras la esperaba pasaba de intolerable a agónica, era difícil saber si la sensación de ahogo en su garganta se debía a su condición o a la quietud de la habitación. Realmente, su gemelo y ella estaban empapados en la misma posición inmóvil... sólo que por razones muy diferentes: ella no iba a ir a ninguna parte con prontitud. Él estaba a punto de explotar. Desesperada por algún tipo de estímulo... cualquiera cosa. Murmuró:
—Cuéntame algo sobre el sanador que va a venir…
La fría brisa que azotó su rostro y el perfume a especias oscuras que penetró en su nariz le dijo que sería un macho. Tenía que serlo.
—Es el mejor. —masculló Vishous—. Jane siempre está hablando de él como si fuera un Dios.
El tono no era el de un cumplido ni de cerca, pero bueno, los machos vampiros no apreciaban que otros revolotearan alrededor de sus hembras.
¿Quién sería dentro de la raza?, se preguntó, el único sanador que Payne había visto en los cuencos era Havers y seguramente no habría motivos para tener que salir a buscarlo.
A lo mejor había otro al que no había visto. Después de todo, no es como si hubiera pasado mucho tiempo poniéndose al día con el mundo y, según su gemelo, habían pasado muchos, muchos, muchos años entre su encierro y su liberación.
En una abrupta oleada, el agotamiento la arrancó del proceso de reflexión, calando hasta su mismísimo tuétano, clavándola más profundamente en la mesa de metal.
Aun así, cuando cerró los ojos, solo pudo aguantar la oscuridad por un momento antes de que el pánico la obligara a abrir los párpados. Mientras su madre la había mantenido en animación suspendida, ella había sido totalmente consciente del vacío sin límite que la rodeaba y del lentísimo paso de las horas y los minutes. La parálisis de ahora era demasiado parecida a lo que había sufrido durante cientos de años.
Y ese era el porqué de su terrible petición a Vishous. No podía haber venido a este lado solo para que se repitiera lo mismo de lo que había estado tan desesperada por escapar.
Las lágrimas se agolparon en su mirada, hacienda que la brillante luz sobre ella temblara.
—Por favor, no llores. —dijo Vishous—. No...llores.
En verdad, estaba sorprendida de que se hubiera dado cuenta.
—Tienes razón. Llorar no cura nada.
Endureciendo su resolución, se forzó a sí misma a ser fuerte, pero fue una batalla. Aunque su conocimiento de las artes de la medicina era limitado, la propia lógica mostraba a qué se enfrentaba: al ser de una extraordinariamente fuerte línea sanguínea, su cuerpo había empezado a curarse en el mismo momento en que se había lesionado luchando con el Rey Ciego. Sin embargo, el problema era que el propio proceso de regeneración que en circunstancias normales hubiera salvado su vida, estaba hacienda su condición aún más peligrosa...y probablemente permanente.
Las lesiones espinales que comenzaban a curarse por sí mismas no tenían muchas probabilidades de realinearse correctamente, la parálisis en sus piernas lo demostraba.
—¿Por qué no dejas de mirarte la mano? —preguntó con la mirada fija en la luz.
Hubo un momento de silencio, mayor que todos los demás.
—¿Por qué crees que lo estoy haciendo?
Payne suspiró.
—Porque te conozco, hermano mío. Lo sé todo sobre ti.
Cuando él no dijo nada más, el silencio fue tan amigable como habían sido las incursiones en el Viejo Continente.
Oh, ¿qué mecanismos había puesto en acción?
¿Y dónde estarían todos ellos cuando todo esto acabara?
*Notas:
(1)PDM: Pedazo De Mierda
(2)Los periódicos ingleses y americanos tienen una serie de páginas que están dedicadas a un determinado tipo de noticias y son conocidas por el número que llevan.
(3)Té y pastas que se toma en Alemania por la tarde y suele ir acompañado de cotilleos de todo tipo.
(4)Voz en Yiddish para "sabandija".
49 comentarios:
Gracias Daggher... ya me lei el prologo y el capitulo, esta genial...
ya kiero mas!!!..
y mas fino que ya queda solo 5 dias..
Bye y Cuidate
Dios!!! No tengo palabras suficientes para darles las gracias por la traducción. Nei, eres !!GENIAALL!!!
Daggher, gracias nena.
Dios OMFG absolutamente genial. Payne ya me gustab ahora LA AMO Me encantó como se cargó al bastardo del Bloodletter.
¿Qué velocidad y qué calidad!
Nei you rocks!!
Genias totales un millón de gracias.
DAGGER!!! NEÏ!!! gracias!!! OMG!!! estoy que no puedo con la curiosidad por leer lo que sigue!!! ohhh 5 días mas!!! SON LAS MEJORES CHICAS!!! GRACIAS!
Gracias Chicas!!! creo q ya me enamore de Xcor!!! es una lastima q se la kiera cargar a Payne!!
gracias NeI!! esto asido algo super cool .. para alimentar mas mi ansia! de ler ya esta iincreible librOO!! besoss..
esperamos pronto el n. 2!!
OOOOK AHORA YA ME QUEDO CLARO DE Q LADO VA A ESTAR XCOR EN ESTE LIBRO OSEA PERSIGUIENDO A PAYNE PARA TRATAR DE PATEARLE EL TRASERO
SE PASARON,DIOS, QUE RAPIDEZ Y EFICIENCIA!!
Loco, hay q hacerle un culto a PAYNE,onda... "Bendita seas entre todas las Shellan", pero como no una shellan sino una m´s de los hermanos... errrrrrr
sólo IDOLA vale? ajajajja
se pasó, y uta el bastardo de Xcor, mal... me cayó como el orto!
Y manny, weon, más mala suerte IMPOSIBLE!!
ufff cosi..
ajaja, ya quiero leer el dos, y porsupuesto, mil gracias!!!
Son un regalito de Dios para la vida de muchas fans medio obsesivas, errr como yo xD
OMG, ahora mismo me odio a mi misma por haber leído, pero me hubiera odiado más si no leía....
Ya casi llega y más desesperada me pongo.
Gracias por compartir, son geniales!
GRACIAS A TODAS CHICAS!!! Jajaja, ya llevo la mitad del capi 2, y se lo mando a Daggher en cuanto pueda. *Mira hacia donde está Daggher y salta sobre ella abrazándola* TE AYUDO EL LO QUE QUIERAAAAAAS!!!!
Ahora, les quiero preguntar: ¿Se aburrieron tanto leyendo el capi 1 como yo traduciendolo?*rueda los ojos* ARGH
Ayyy graciaas!!! lo lei en ingles, ahora vere los detalles que se me escaparon >.< , hoy me compré Codicia!! (esto no tiene nada que ver) XD
Ohhhh!!... Esta interesantisimo, sobre todo el prologo...Gracias Dagger y Neï sois unas balas..
Millones y millones de gracias Dagg, Neï!!! son unas diosas, x la pedisposición x la rapidez....
A la Ward mi única crítica es:...era necesario toood un capítulo entero al Hipódromo?.....jaja!!...pero ni loca me quejo estoy feliz!!!
Una pregunta Dagg, los 2 primeros cap. traducidos es lo único q tendremos x ahora, o hay alguien q los va subiendo en inglés y terminaremos teniendo todo el libro traducido?....mmmm....no creo, no?
Besotes a ambas y gracias de nuevo!!!
Ale.
Nenaaaaa esto esta demaciado bueno. Me ofrezco para traducir. Mi correo es maye_3142@hotmail.com.. Es decir mientras neii traduce esos yo puedo darle con los que siguen y asi.. XD
¡kasu_chan, agradezco tu ayuda! Y la tendré en cuenta.
Pero no vamos a traducir el libro entero. De eso ya se ocupa el grupo Fénix, que lo hace de maravilla y tiene el vocabulario de la Ward dominado.
Un beso!
Tengo los pelos de punta!!!! Muchas gracias por la traducción.
Chicas...un millón de gracias!!!! ahora me dejaron ansiosa esperando el capítulo dos... y... ¿algunos más de regalo?...jajaja...
MUCHAS GRACIAS!!!!!!
Nei tenés razón me parece que las rew. eran muy pro V/B diciendo que Payne y Manny eran aburridos. Me encantó Manny je je je ya quiero las escenas HOT
De aqí a que Fénix lo saque me va a dar algooooooo.... qué ansias.....
Gracias por la trad se entiende, se comprende, no me pareció aburrida, aunque hay algunos términos que pulir y variar para se más exactos, el principal es coffin nail (plural coffin nails), que es un slang para cigarillo. Si pones la "rutina del clavo del ataúd" te quedas con un super WTF, cuando en realidad está diciendo que el "porro" (argot para cigarro de marihuna, o el equivalente a droga de los Hermanos) no le ayudó mucho. No me odien, pero creí muy necesario acotar esto porque sinceramente qué tendría que ver clavr atúdes, la metáfora no es mi fuerte, pero por más que intentaba no hallaba sentido.
Muchas gracias por su esfuerzo *·*
uno sabe con el primer capitulo como sera el resto del libro y NADA las criticas se equivocaran pinta un muy BUEN libro!!!! no aguanto mas gracias NEI!!!!!!!!!!
SIGUE ASI!!!! YUPI1!!!!
Despues de todo lo malo que me a paso hoy esta es una excelente pildora para el malestar....
GRACIAS por la traduccion, aunque solo me ponga mas ansciosa por el libro!
Leido el capítulo 2. ¡Cuanta falta me hacía V!. Gracias.
Lo juro, sigo sin poder respirar, V precioso, cuanto más sufrimiento tendrás q soportar :'(
MIL, MIL GRACIAS!!!Son las MeJores!!! =)=)!!!!!!
¿qué haríamos sin ustedes? Ni siquiera puedo imaginarlo!!!
tengo algunas dudas, y si alguien me echa un cable. me encantaría comentarlas...
primero.. payne me encanta... es una mezcla genial¡¡¡¡¡¡¡
ahora me estoy planteando si este chico nuevo Xcor.. será la pareja ideal para la pobre layla¨?.. que es la única que está sin pareja, y sin que se ofenda nadie, no me gustaría para thor.
serían una pareja genial¡¡¡¡¡¡¡¡
y por otro lado, si buth y mannny son hermanos, entonces el padre de estos. se pasó la vida buscando mujeres humanas para embarazarlas?.. van a haber más mestizos?,
cuando sabrá jon que es el padre de beth?
y finalmente.... al final mary y rhage serán padres?.. cómo lo van a hacer?.. van a buscar una humana para que rhage la embarace.. o una elegida..
o adoptaran?
y nuevamente. muchas gracias,,, ¡¡¡
¡Rouge, muchísimas gracias por el apunte! Ya lo he combiado ;) ¡Gracias!
Evidentemente, hay mucho que pulir y muchas cosas que revisar, pero queriamos ofrecerlo pronto... así que una cosa por otra XDDDD
Por suerte, será Fénix quien se encargue del libro entero y ese grupo si que ofrece un resultado muy bien cuidado.
Nosotras somos unas meras aficionadas.
Besos!
Hola, NANITA!!
Voy a intentar responder a tus preguntas.
* ¡La verdad es que Xcor y Layla podrían ser una buena pareja! Me gusta la idea.
* Espero que a Butch y a Manny no le aparezcan más hermanos, sinceramente. No quiero que se repita la misma historia hasta la saciedad :S Ojalá sepamos mucho sobre el padre de estos dos en el libro.
* Ward dijo que nunca se sabrá que John es la reencarnación de D... pero, ¿quién sabe?
* El asunto de Rhage, Mary y el bebé será tratado por Ward en una historia corta (del tipo Padre mío). Aunque espero que en Lover Unleashed se hable un poco por encima de esto. Ah! Lo más seguro es que sea una adopción (creo recordar que Ward dijo algo de esto, pero no estoy muy segura).
Un beso!
GUAAAAAA
SIN PALABRAS...ME ENCANTARON ESTOS ADELANTOS..GRACIAS NEI ...
DE VERDAD ME ESTOY AMIAGNDO CON VISHUS..NO SE PORQUE NO ME TERMINABA DE CAER BIEN...
AHORA LO ADORO..ESE DOLOR Y ESA PREOCUAPCION POR SU HERMANA!
QUIERO MAS
demonios! Love Unleashed esta que arde!!! muchas gracias x los 2 caps!
cuando tendremos el libro entero?
muchas gracias Daggher ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
me has sacado de algunas dudas.. y entre más lo pienso.. me gusta más la pareja layla-xcor..ella la sensualidad en pasta.. y el tio explosivo a más no poder........ME ENCANTA¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
donde obtienes tanta información' si ya tengo problemas de adicción.. con una fuente como tú..... pos a divertirme¡¡¡¡
otra pregunta, qué papel juega lassiter?, qué sentido tiene un ángel con pinta de malo?
la verdad es que me cae un poco gordo...
Wow!!!
Ya kiero más!!
Mil gracias!!!!!
Gracias gracias graciass!!!Sois las mejores!!!Qe ganas de leer mas!!Aunqe ya tuve mi peqeña dosis de V..me encanta!
Acabo de leer el capi. 2 y les agradezco MUCHISIIIIIIIMO SU GRAN ESFUERZO, ojala hubiese más personas como ustedes en este mundo loco.
A ver cuántas veces me voy releyendo el cap 2... My gosh!!!!! Vishous es tan Vishous... Lo extrañaba, porque la escenita de recien salido de la ducha, mojado, chorreando agua, con una *maldita* toalla... Ha sido culpable de muchas desvariaciones...
Quiero el libro ya!!!!!
Nei te agradezco tu trabajo eres lo mejor y daggher tu blog lo mejor.
Jesse
recien termine de leer el capitulo 2, muchas gracias Nei y Dag.
ojala puedan traducir mas capitulos, para estas pobres mortales que no sabemos mas que el ingles muy, pero muy basico, que no nos sirve ni para medio leer, GRACIAS.
Ohhh!!!! no puedo creer cuánto extrañaba a mi V!!!! en serio que me hacía falta, es como una droga, amo a ese hombree! Millones, millones d egracias, porque aparte de estar perfectamente traducido, hiper rapido Nei, sos genial!
Y Payne... quiero saber más de ella, me encanta su actitud, pero quiero maaas, y definitivamente más de Vishous, lo necesitoo!!!
Acabo de leer el 2do cap....estoy muy angustiada x Payne,...esa atmósfera q crea el relato, con ella inmovilizada, él en silecio....los minutos q pasan...x Diosss qué desesperación para q llegue Manny...y todavía falta q Jane lo encuentre!!....no voy a aguantar...no voy a aguantaarr!!!!
Dagg y Neï son dos diosas con el cielo ganado!!! millones y millones de gracias!!!!
Pd: pedir el 3er cap ya es demasiado, no?......jajaja!!!
Besoooss!!!
Ale.
Dagg y Neï... son DIOSAS, esta increible... definitivamente voy a estar como loca, en la espera del 3er capitulo, y ver como va la incomoda situacion de V y Payne... ya quiero leer toda la reaccion de Manny cuando vea a Jane, por dios esto me va a matar, creo que podria decirse que me siento como Payne inmovil sin la informacion, jajaja, gracias por este capitulo.
besos!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Me cago en la puta!!!! Gracias Dagger !!! Dios estoy que me doy cabezazos contra la pared!!! Que ganas tengo de pillar el puto libro ya!
Dios otra vez gracias Dagger. Un besazo
Rouge gracias por la aclaración :) Yo había entendido que se refería a los cigarrilos y tal, pero quería dejarlo tal y como lo dice Ward, aún así, supongo que metáfora no me quedó muy comprensible XDD
Uds se preguntan qué papel juega Lassiter...yo me pregunto y Murhder???
DIOS...ESTA MUJER ME ESTÁ MATANDO.
Lo peor??
LU no me llega de Amazon hasta el 21 de abril...aproximadamente.
Resultado: ansias homicidas!!!
AH! Y a todas las demás, ME ALEGRO DE QUE LES GUSTARA EL CAPI :)
Daggher y Nei muchas gracias, chica te pasaste para rápida en la traducción.
La verdad tengo mi corazoncito muy angustiado, la escena cuando V ve a Paynel postrada me mato y cuando ella le dice que no viviaria así,,,hhhhhhhaaaaa
"""""-Sí. —flexionó su mano mortal—. Me ocuparé de ti. Si la situación llega a eso."""" ah, mis ojos se llenaron de lágrimas si este libro empieza asi, creo que llorare....Gracias.
Espectacular, gracia Nei, Payne se las trae, ya me agradó ella y nuevamente mil gracias por esta traducción, esperamos con muchas ansias de seguir leyendo el capitulo 2, estaremos esperando please! apurate.
gracias
Increible!!! muchas muchas gracias!!! que ganas de mas!!!
un besi!
gracias gracias gracias!
pregunta chicas, ¿ustedes traduciran el libro o en donde? :D
Paola,eso lo hace el grupo Fénix :)
"Mil Gracias " Por la Traducción...Yo pense que al leer estos primeros capitulos se me iba a quitar un poco la Inquietud y Curiosidad de este nuevo Libro, pero NOooo....solo lo Agravo MAS !!!... Solo nos queda "nuevamente" ESPERAR a que este totalmente TRADUCIDO !!...y a que me de todavía Mas Coraje de que en México NO este a la venta esta serie...
Esta historia me encantaaa... acabo de terminar de leer Amante mio, y quede fascinada, me encantan todas las parejas, pero quisiera saber si en el nuevo libro hablan sobre Blay y Quinm, ellos se quieren mucho... a mi me gustaria que Quinm aceptara de una buena vez lo que siente por blay. quisiera que pudieran ser felices...
Cuando hay mas capítulos
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