Al caer la noche, Adrian estaba borracho… pero no cachondo.
Las dos cosas no iban siempre de la mano; por ejemplo, cuando se despertaba, normalmente estaba listo para algo de acción tanto si bebía como si no probaba ni gota. Sin embargo, raramente se tomaba un par de cervezas sin sentir ese zumbido que lo hacía sentirse mareado. Y no era que siempre acabase con cara de borracho, no estaba seguro de que fuera posible. Pero los ángeles podían embriagarse y, en general, eso daba lugar a todo tipo de ey-cómo-estás.
5 sept 2011
Cita ENVY
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