El fragmento de hoy es otro ejemplo de los viejos tiempos de Tohr: siempre tratando de mantener la paz, ya sea por distracción, intervención o simplemente intimidación.
Zsadist, Wrath y Tohrment en Amante Oscuro, capítulo 4, p. 47La puerta principal se abrió de golpe y Zsadist entró en la casa.
Wrath lo miró sardónico.
—Gracias por venir, Z. ¿Has estado muy ocupado con las hembras?
—¿Qué tal si me dejaras en paz?
Zsadist se dirigió a un rincón y permaneció alejado del resto.
—¿Dónde vas a estar tú, mi señor? —preguntó Tohrment suavemente.
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